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Las pequeñas y medianas empresas (PYMES) españolas, en muchas ocasiones ven como algo extraño el seguro para consejeros y directivos, conocido en la industria como D&O (por sus siglas en inglés, Directors & Officers). Según los últimos estudios, y aunque la tendencia parece estar descendiendo, cerca del 50% de las PYMES ignoran su existencia, mientras que todas las grandes empresas españolas cuentan con él. ¿Son menores los riesgos de los directivos de las PYMES que los de las grandes compañías? ¿Por qué deberían considerar los consejeros y directivos de este tipo de empresas cubrir los riesgos de su gestión? Y ¿Se espera un cambio en el panorama a corto plazo? 

​El número de PYMES que operan en España según el último informe oficial del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, El Retrato de la PYME es 3.178.408. Este dato se traduce en el 99,9% de las empresas del país. Además de representar casi la totalidad del tejido empresarial de España, las PYMES tienen una particular importancia en la generación de empleo puesto que más del 65% de los asalariados del país trabajan en una empresa que cuenta con una plantilla de menos de 250 empleados.

​No es necesario analizar exhaustivamente los datos y las cifras de las PYMES para ser conscientes de su impacto en la economía del país, por lo que su actividad ha de ser considerada tan imprescindible como la generada por las grandes empresas nacionales.

​Esta idea parece contrastar con las diferencias existentes entre ambos tipos de empresa a la hora de asegurar las decisiones de sus ejecutivos. Las grandes empresas coinciden en contratar seguros que protejan su actividad ante posibles riesgos. 

​De hecho, el 100% de las empresas que cotizan en el IBEX 35 poseen al menos un seguro de esta modalidad para cubrir la responsabilidad tanto de sus antiguos como de sus actuales directivos, pero este no es el caso de las PYMES. No obstante, con la economía más globalizada y los mercados más regulados, los riesgos a los que se enfrentan los directivos de las pequeñas empresas se han vuelto similares a los de las grandes empresas. 

​Los riesgos de los Consejeros y Directivos no dependen del tamaño de la empresa

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Hoy en día vivimos en un mundo en el que la toma de decisiones es cada vez más rápida. Una cadena de decisiones erróneas o tardías puede hacer que una empresa deje de ser competitiva e incluso en el peor de los escenarios, deje de existir.

​Ser director de una compañía supone una exposición personal al riesgo, ya que a todos los administradores y directivos se les aplica el mismo régimen de responsabilidad legal sea cual sea el tamaño de la sociedad. Por tanto, pueden llegar a enfrentarse a los mismos tipos de demandas. Por ejemplo, accionistas defraudados, competidores con acusaciones de plagio de algún producto o hasta empleados de la misma empresa, inversiones mal realizas, mala praxis en materia laboral o infracciones fiscales, que no son patrimonio exclusivo de las grandes empresas. Y cualquiera de estos posibles errores puede suponer daños económicos, de reputación y hasta de tipo penal para el directivo y su entorno más cercano. 

​Ante todas estas situaciones, el seguro de D&O otorga coberturas principales como son los gastos de defensa, los pagos de indemnizaciones o posibles gastos de restitución de imagen. Todo ello, desempeñando una función clara: preservar el patrimonio personal de los administradores y directivos y proveer de un ambiente de tranquilidad en la gestión diaria de toma de decisiones de todos los líderes corporativos. 

​Así mismo, además de compartir los mismos riesgos que las grandes empresas, el tamaño de una empresa la condiciona: Las PYMES están más expuestas a entrar en concurso de acreedores, igual que las empresas familiares – en su gran mayoría pequeñas y medianas empresas – tienen inherente determinados escenarios de riesgos de gestión. 

​La naturaleza cambiante de los riesgos que afectan a las PYMES

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En respuesta a la naturaleza cambiante de su exposición al riesgo, las PYMES buscan cada vez más protección de seguros. De hecho, más del 30% de los nuevos compradores de esta modalidad de seguro durante 2015 en España fueron PYMES. 

​A pesar de que el seguro de D&O no es obligatorio para las empresas, como lo puede ser el seguro de circulación, su cobertura se torna cada vez más imprescindible en un entorno empresarial como el actual. Particularmente con continuos y complicados cambios legislativos como la modificación de la Ley de Sociedades de Capital, la globalización del comercio y los negocios que implican una imperiosa inmediatez en la toma de decisiones en ocasiones muy complejas, sin olvidar la cultura de judicializar las reclamaciones en España y la consabida complicada situación financiera de los últimos años. 

​En definitiva, las PYMES españolas deben continuar por la senda de esta solución aseguradora que opera como un aliado para sus directivos. Sea cual sea su tamaño, los riesgos intrínsecos a la toma de decisiones no deberían desanimar a cualquier empresa en la búsqueda de oportunidades. Al protegerse ante estos riesgos que afectan a su dirección se promueve un crecimiento del negocio de las empresas en particular y de la economía en general de cualquier país.

​Una versión de este artículo se ha publicado en la Revista Aseguranza. 

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